El Concepto Castillo Morales® para médicos y terapeutas
El Concepto Castillo Morales®es un concepto terapéutico integral, de orientación neurofisiológica para niños y adultos con alteraciones de comunicación sensomotrices y orofaciales.
Gracias a su enfoque diferenciado de cómo influye el desarrollo sensomotriz en las funciones y actividades del área orofacial, el Dr. Rodolfo Castillo Morales desarrolló un concepto de tratamiento que por lo general se hace llamar terapia de regulación orofacial y que también se dio a conocer en Alemania (Castillo Morales, 1991). El Concepto hace especial énfasis en cómo la postura corporal y el movimiento influyen en la posición de cabeza, nuca y mandíbula, así como en las actividades de la musculatura mímica, oral y faríngeas.
La expresión facial y la articulación son de las capacidades motoras más finas y diferenciadas de nuestra musculatura orofacial y esenciales para la comunicación. Una buena coordinación de la musculatura oral y faríngea es esencial para poder comer y beber sin problemas. En personas con trastornos de tipo neurológico o anatómico, a menudo estas habilidades también se ven afectadas. De ahí que en su concepto, Castillo Morales hiciera especial hincapié en los siguientes aspectos terapéuticos:
- apoyar la capacidad de comunicación de los afectados y
- conseguir que los afectados puedan participar en la sociedad de forma adecuada a la hora de comer y beber
Castillo Morales desarrolló su concepto de tratamiento principalmente para personas con hipotonía muscular y alteraciones sensomotrices. Hoy en día se aplica sobre todo en niños y adultos con diferentes alteraciones sensomotrices en la zona de la cara, boca y garganta, como por ejemplo en:
- niños con alteraciones anatómicas congénitas en la zona de la boca (por ejemplo, la secuencia de Pierre Robin, malformación de labio, mandíbula y velo del paladar)
- niños con hipotonía como por ejemplo en la trisomía 21 (síndrome de Down) u otros síndromes genéticos
- niños prematuros con problemas para comer y beber
- pacientes de todas las edades con trastornos neurológicos acompañados de síntomas orofaciales, tales como: trastornos neuromusculares, parálisis cerebral, tras una conmoción o un derrame cerebral
La terapia requiere un conocimiento preciso de la anatomía funcional, del desarrollo sensomotriz, sobre todo del conjunto orofacial y la interacción entre estos sistemas. Hay que tener en cuenta las condiciones del desarrollo emocional, comunicativo y social, así como los criterios de desarrollo de la autonomía.
La experiencia proprioceptiva es aclarada mediante técnicas de tratamiento tales como tracción, presión y vibración. Es importante apoyar la atención del niño a favor de sus experiencias y acciones, darle confianza y seguridad a fin de fortalecer la motivación para asumir nuevos retos. La actividad motora en la boca y en la lengua puede ser influenciada de manera positiva por la activación de las manos o los pies. La función de apoyo de los pies y las manos, así como la orientación visual espacial se utilizan para estabilizar la postura.
Siguiendo el principio de “forma y función son mutuamente dependientes” se ha de tratar en una fase temprana por ejemplo lesiones secundarias de la bóveda del paladar o la incorrecta posición de dientes o mandíbula debida a limitaciones funcionales orofaciales primarias. Originalmente, Castillo Morales aprovechó como método terapéutico para apoyar el desarrollo, enfoques que aprendió en la escuela francesa de André-Thomas y sus alumnos durante su formación de médico rehabilitador en Madrid examinando a recién nacidos y niños. Estos enfoques los modificó, especialmente en la aplicación del área orofacial. Su especial don de la observación, su manera dedicada de dialogar con su interlocutor y la forma cuidadosa con la que solía respetar incluso las señales no verbales de los niños, lo convirtieron en un investigador, terapeuta y maestro ejemplar. Durante muchos años mantuvo un intenso intercambio de información profesional con colegas médicos y terapeutas de distintas áreas. Siempre estaba dispuesto a compartir sus conocimientos, a resolver dudas y siempre abierto a nuevos enfoques terapéuticos y experiencias en las que presentía o veía eficacia. Así mismo, el grupo de terapeutas maestros se siente comprometido a cumplir con estas exigencias. Su objetivo común es comprender la personalidad del paciente y adaptar los aspectos más importantes de la terapia a las necesidades del individuo y de las personas de su entorno más íntimo.
Autora: Dra. Angelika Enders, Múnich