Dr. Castillo Morales

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Dr. Rodolfo Castillo Morales
(1941- 2011)

«La medicina es arte. La rehabilitación neurológica es el arte
de descubrir através del contacto y la observación que persona esta detrás de la etiqueta.»

Rodolfo Castillo Morales

Todos aquellos que conocieron a Rodolfo Castillo Morales, ya sea a nivel profesional o personal, quedaron impresionados por su don de enfocar toda su atención y concentración en un paciente, de su gran confianza depositada en las personas y de su habilidad especial de observación que aprendió a temprana edad.

Se crió en el campo, en Entre Ríos, manteniendo desde pequeño gran contacto con los campesinos, sobre todo con los aborígenes argentinos. Su especial manera de interactuar, el respeto entre ellos y ante la naturaleza, le marcaron para siempre. Lo cual, le llevó a dedicarse en profundidad y durante toda su vida a la antropología latinoamericana.

En su juventud trabajó como actor de teatro pantomímico y como artista, ya que de siempre se interesó por las diferentes maneras de comunicarse. El modelado de arcilla fue una de sus aficiones. Más adelante, y gracias a este hobby, desarrolló el modelado terapéutico.

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Compaginó su carrera de medicina en Córdoba (Argentina) con una formación de apoyo terapéutico en la rehabilitación y pronto ganó experiencia práctica en centros de rehabilitación. Gracias a una beca para la formación como médico especialista en Madrid, organizada por la OMS, se convirtió en uno de los primeros médicos especialistas de rehabilitación.

Se interesó especialmente por los estudios del neuropediatra francés Dr. André-Thomas y de sus discípulos Dr. Claudine Amiel-Tison y Dr. Albert Grenier, así como por los trabajos de Wygotski y Luria.

Castillo Morales siempre se mostró abierto a nuevas propuestas e ideas y estudió con gran interés los trabajos terapéuticos de Vaclav Voita, Carlo Perfetti, Glenn Doman, Carl Delacato, Herman Kabat, Marianne Frostig, Margaret Rood, Jean Ayres Roswitha Brunkow y Carlos Douglas. En especial las ideas y los hallazgos del matrimonio Bobath, con el que mantenía un intercambio intenso, influyeron en el desarrollo del Concepto Castillo Morales®.

Tras terminar sus estudios de médico especialista, Castillo Morales volvió a Córdoba, donde fundó un pequeño centro de rehabilitación con colegas de profesión. A raíz de la visita del Prof. Dr. Dr. h.c. mult. Theodor Hellbrügge fue invitado al congreso Osterkongress de 1977. En dicho congreso, Castillo Morales pudo exponer por primera vez en Europa sus ideas terapéuticas para niños con hipotonía, basadas en las zonas motoras del cuerpo y de la cara. Con el propósito de ampliar lo antes posible el campo motriz y perceptivo de estos niños, aprovechó las zonas motoras del cuerpo descritas por André-Thomas, en el proceso    de verticalización, incluyendo las funciones orofaciales. A través del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD) se le concedió un año de investigación en la clínica infantil Kinderzentrum München, dedicado a su concepto rehabilitador neurológico.

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El centro de rehabilitación en Córdoba dirigido por Castillo Morales hasta el año 2006, se amplió continuamente gracias a la ayuda de la fundación Aktion Sonnenschein München.

En primer lugar, el Concepto evolucionó constantemente con el gran apoyo del Dr. Juan Brondo, la Dra. Barbara Renner y Barbara Haberstock, y más adelante gracias a los maestros terapeutas a los que él enseñó. De ahí que las indicaciones para la aplicación de las medidas terapéuticas del Concepto Castillo Morales® se hayan ampliado de forma notable.

En Alemania los dos componentes del Concepto, la terapia del desarrollo neuromotriz y la terapia de regulación orofacial, se enseñaban inicialmente en 2 cursos por separado. Desde la fundación de la Castillo Morales® Vereinigung e.V. en 1997 y, a petición urgente del autor, el Concepto íntegro se enseña en un curso básico de seis semanas.

Siempre que su estado de salud se lo permitía, Castillo Morales participaba en los cursos impartidos en Alemania, por lo que muchos terapeutas tuvieron la oportunidad de conocer su manera impresionante de tratar con respeto a los pacientes. Su muerte dejó un gran vacío entre su círculo de amistades y entre los maestros terapeutas alrededor del mundo.